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Hace días, dimos cuenta de una reunión en la Municipalidad de Vera con el ministro de Medio Ambiente y sus colaboradores, solicitada por el Centro Comercial de Vera para tratar de agilizar y desburocratizar el trabajo de los Leñadores de la Cuña Boscosa, de la que podemos deducir algunas conclusiones que valen la pena tener en cuenta.
Se sabe que está en plena vigencia la reglamentación provincial de la ley Bonasso Nº 26.331 y el desarrollo de los planes de manejo de bosques solicitados por productores – propietarios.
Que los objetivos están dirigidos a la optimización del rendimiento de la producción ganadera, recibiendo los beneficiarios de parte del estado compensación económica por el trabajo realizado, hasta el momento dentro de los plazos establecidos.
El Centro Comercial sugirió dividir el tema de la reunión en tres planos, La protección del Medio Ambiente, Los Objetivos Productivos o Económicos y El Aspecto Social, ausente hasta el momento.
Por tal motivo, planteó analizar el problema ocasionado a los trabajadores del monte la ausencia del Estado y la inflexibilidad técnica que genera dificultades para vender el producto de su trabajo por falta de Guías Forestales.
Vale destacar que los mecanismos que dispone actualmente la Secretaría de Medio Ambiente, para la extensión de guías, solo alcanza a los productores-propietarios que lograron acceder a un plan de manejo de bosques.
También sugirió la institución, que el estado debe formar parte del escenario boscoso, que tan celosamente protege, para agilizar la reforestación y el desarrollo sustentable del mismo, no solo para la ganadería, sino para todos los ciudadanos que habitan junto a sus familias desde el mismo día que nació la provincia. En caso contrario deberán pensar seriamente que hacer con esos pueblos.
Consideramos que con el criterio aplicado para la interpretación de la ley Nº 26.331, y la conducta estatal al respecto, la industria de la madera desaparecerá inexorablemente, en consecuencia habrá que pensar nuevos métodos y materiales para reemplazar esta materia prima y, en consecuencia, sumar los obreros y propietarios de dicha actividad a la lista de desocupados.
Ante la posibilidad de que surjan proyectos de desarrollo o cambios en la interpretación o aplicación de la ley, no conocidas aún, sería prudente instrumentar un método personalizado para sobrellevar la transición, e interactuar con los Hacheros de Subsistencia para seguir trabajando con la normalidad anterior a esta realidad.
Finalmente, es preciso no confundir “DESMONTE CON EXPLOTACIÓN RACIONAL”.
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