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AGO

El legislador le reprochó al Poder Ejecutivo haber unificado las elecciones, con la pretensión de proyectar el espacio al país. “El socialismo no acepta que no tiene proyecto nacional”, dijo. Y advirtió que “más tarde o más temprano, el rumbo de la UCR está en Cambiemos”.

“El electorado se lleva puesto al radicalismo, si el partido no entiende lo que le están diciendo. En la provincia, ese electorado ya está acompañando a Cambiemos. La dirigencia sabrá...”, dijo Julián Galdeano.

Los resultados adversos obtenidos por el Frente Progresista en las primarias del domingo derivaron en un inevitable pase de factura entre los principales aliados. Como coalición, ya había llegado vapuleada al proceso electoral después de que un sector de la UCR decidiera abandonar el espacio e integrarse a Cambiemos. El antecedente, más decisiones que ahora el radicalismo imputa como “equivocaciones graves”, generaron una tensión interna que podría profundizar el éxodo y acelerar una ruptura definitiva. En diálogo con El Litoral, su presidente, Julián Galdeano, le reprochó al socialismo haber unificado los comicios locales con los nacionales, y opinó que fue un error del gobernador haberse “puesto la campaña al hombro”.

“En términos generales -dijo el legislador-, hubo una nacionalización evidente de la campaña. Eso tuvo su impacto en la elección de diputados nacionales y se trasladó en las disputas locales, donde no hubo margen para instalar el debate sobre cuestiones de la gestión municipal o comunal. Esto tiene que ver con lo que habíamos anticipado; una instancia muy particular de la Argentina en la que está en juego si el país da un paso adelante o vuelve hacia atrás con la etapa del kirchnerismo. Eso es lo que la sociedad entendió y así se expresó”.

-¿El Frente Progresista fue víctima de esa polarización o hubo errores estratégicos?

-El Frente Progresista no es una herramienta electoral o una coalición nacional. Es un error pensarla como tal. Aquellos que pensaron que es factible una discusión política sobre la cuestión nacional desde el Frente Progresista se equivocaron, en primer lugar, porque no es correcto el argumento de que se eligen diputados nacionales que solamente tienen que responder por cuestiones vinculadas a Santa Fe. En segundo término, Cambiemos es una opción nueva pero consolidada que día a día crece, que tiene su proyecto de país y el radicalismo está allí. El Frente Progresista no lo es; les guste o no. Es un espacio testimonial en el concierto político nacional. Y querer presentarse como un actor relevante en lo nacional puede ser una expresión de deseo, pero la sociedad no lo interpreta de esa forma ni lo identifica así. Creo, incluso, que el rol del propio gobernador en la campaña fue un error político.

-¿Por qué?

-Primero porque tiene muy pocas chances de tener éxito. Segundo, porque no es una elección provincial, y someterse a una especie de plebiscito con su imagen en toda la publicidad proselitista es un error.

-¿Es un desgaste innecesario?

-Es un riesgo absolutamente innecesario que, además, coloca a quienes acompañamos en la gestión provincial en una situación incómoda porque el radicalismo está en Cambiemos y nadie lo duda. El propio gobernador manifestó que él comprendía esa decisión, entonces, ponerse luego la campaña nacional al hombro, es algo incomprensible en términos políticos. Esto le ha hecho un daño importante al Frente Progresista porque para sostener esa hipótesis tuvieron que unificar la elección.

-¿Fue un error haber unificado las elecciones?

-Lo dijimos siempre. fue un error porque también considerábamos que la polarización a veces genera un arrastre hacia abajo; la sociedad se ve notablemente influenciada por esos impulsos informativos, y a veces, elige representantes que ni siquiera conoce. Lo lógico era separar los escenarios y dar debates locales distintos de los nacionales. El socialismo no acepta que no tiene proyecto nacional; no lo asimila, no logra tomar conciencia de eso. Un partido que fue de once maneras distintas en la república, con alianzas estrambóticas en lugares en los que hasta formó parte de Cambiemos y en otros con la izquierda... Pretender estrolar (sic) el Frente Progresista para recuperar un rol y un espacio en la política nacional es un error que va a tener sus consecuencias.

-¿Separar las elecciones hubiese evitado la ruptura del Frente?

-De hecho sucedió así.

-¿Fue una estrategia del socialismo para forzar una definición del radicalismo?

- Creo que más que eso fue una estrategia en la línea de lo que señalaba; todo indica que se planteó la unificación no por un problema de costos ni de evitar molestias a la gente, sino porque consideraron que eso podía ayudar a sostener una representación nacional del Frente Progresista y del Socialismo. Pero la jugada salió mal porque no se puede remar contra la corriente. El radicalismo si bien tiene un debate interno y miradas diferentes en la provincia, más tarde o más temprano objetivamente tiene un rumbo que está en Cambiemos.

-¿Cómo se presenta la elección general para el Frente Progresista?¿Puede haber más radicales que migren a Cambiemos?

-Lo que marca en general el rumbo del radicalismo es el electorado. Ese electorado es el que nos llevó en su momento a conformar el Frente Progresista, y hoy es un votante de Cambiemos, no sólo en santa Fe sino en todo el país. Ese electorado se lleva puesto al radicalismo si el partido no entiende lo que le están diciendo. Hacia eso marchamos. En la provincia, ese electorado ya está acompañando a Cambiemos, y la dirigencia sabrá... Nosotros no vamos a replantear nuestros posicionamientos institucionales de cara a octubre, porque fue parte de un equilibrio político. Pero que la realidad marcha hacia esto que estoy mencionado.

-¿El Frente Progresista no llega como tal al 2019

-Yo aspiraría a que eso no sea así. Pero si las actitudes se mantienen, las decisiones se adoptan unilateralmente y (los socialistas) piensan solamente en los intereses propios como partido sin incorporar al debate las realidades de las otras fuerzas políticas, estas dificultades se van a agravar cada vez más.

-¿Hubo alguna convocatoria al Frente después del domingo?

-Preferimos antes tener una reunión partidaria de la UCR. Creo que en las elecciones locales el Frente ha cometido errores, con la participación de actores instituciones importantes y un gobierno acompañando con excesiva pomposidad a candidatos de las internas del Frente. Eso no es una regla que sea fácilmente tolerable; nunca se había dado que el gobernador fuera a apoyar a un candidato en una Paso. Eso no tiene precedentes. Antes había un respeto, un grado de convivencia y diálogo político más aceitado. Hoy, eso está excesivamente deteriorado. Ahora, si hay un planteo de conversación bilateral entre PS y UCR, no puede dejar de estar sobre la mesa, no digo un pase de facturas, pero sí el reconocimiento de que fue un error unificar los comicios, fue un error la participación del gobernador en la campaña, como también, los planteos de que se juega a todo o nada; eso se evidenció cuando el gobernador dijo que se premiaría sólo a quien hacía una buena elección. Ahí hay intereses o necesidades de un partido, pero no de un gobierno y mucho menos de un Frente, si quiere preservarse a futuro. El Frente Progresista no va a poder sobrevivir, si niega sistemáticamente la existencia de Cambiemos con la UCR como expresión política. Es imposible. Eso es querer tapar el sol con las manos.



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