A 36 años de La Noche de los Lápices, los jóvenes reivindican la militancia

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Se cumple un nuevo aniversario del secuestro de una decena de estudiantes de La Plata durante la dictadura.

Este domingo se conmemoran 36 años de La Noche de los Lápices. Se trata del secuestro por parte de las Fuerzas Armadas de una decena de estudiantes secundarios en la ciudad de La Plata, ataque que se convirtió en paradigmático, ya que sintetizó los valores y la crueldad de la época. El recuerdo de aquel acto genocida acontece mientras en el Congreso de la Nación se debate si los jóvenes de entre 16 y 18 años deben ser habilitados a votar en una elección general. El dato no es menor: las diez víctimas del 16 de septiembre tenían ese rango etario.

"En el Colegio Nacional de Buenos Aires hay 105 chicos desparecidos y no es casualidad – afirmó Camila Simiani (17), presidenta del Centro de Estudiantes de la escuela–. Es justo en esa edad de secundario cuando uno se prepara para hacer cosas, cuando no se conforma. Las discusiones actuales atienden a esta situación”, resaltó la joven que comenzó a militar en 2010.

Lucas Clarke (16), de la Unión Rodolfo Walsh, que es parte de la conducción del Centro de Estudiantes de la Escuela Normal Nº 1 de La Plata, aseguró que "en los últimos años, el aniversario de La Noche de los Lápices fue totalmente diferente en la ciudad, porque se hicieron consignas más políticas. Desde el año pasado hacemos movilizaciones con una mirada a futuro conquistando las banderas que levantaron quienes

desaparecieron y no pudieron concretar", sumó quien también es integrante de la UES –la Unión de Estudiantes secundarios– a la que adhería la mayoría de las víctimas del 16 de septiembre. "Nosotros reivindicamos la lucha como estudiantes de quienes fueron víctimas de La Noche de los Lápices, por eso marchamos el viernes al Congreso y a la Plaza de Mayo", afirmó Augusto Castro (16), quien milita en el Frente Cultural Raimundo Gleyzer y participa del Centro de Estudiantes del ILSE. Y agregó: "Decidimos no quedarnos sólo con el recuerdo sino buscar la forma de encauzar en la actualidad los reclamos de quienes desaparecieron. Consideramos que debe superponerse la lucha colectiva sobre la individual, más allá del partido o la bandera", agregó.

Simiani coincidió con su par: "La militancia juvenil hoy está muy extendida. Los pibes empiezan a participar en los centros de estudiantes, sintiéndose parte. Como también muchos chicos se empiezan a meter en partidos y demás, que no me parece mal. Cuando hay conflictos es cuando más se observa que los chicos participan."

Por esta efervescencia y esta presencia es que los jóvenes consultados en esta nota ven con buenos ojos el proyecto de ley que habilita a sufragar a quienes tengan 16 años. Todos coinciden en que las críticas que reciben por parte de quienes se oponen a la iniciativa, como el considerarlos incapacitados para administrar la responsabilidad del voto, son insostenibles.

"El Estado, como formador de ciudadanos, debe impulsar que los pibes se metan en política, debe dar derechos –argumentó Belauzarán–. Cualquier tipo de aprendizaje aislado de la realidad no tiene contenido. La educación hoy en día es totalmente política– desde la forma de sentarnos en el aula hasta la relación con los profesores– por lo que la única forma que tenemos de defendernos es a través de la política", subrayó.

Simiani defendió el proyecto porque surge ante una realidad evidente: que la militancia juvenil aumentó. "Cualquier chico de 16 años, y menos también, tiene muchas cosas para aportar y tiene la capacidad de pensar qué país quiere –expresó Camila. Está bueno que el voto sea optativo, porque el tema recién se está instalando pero la juventud tiene que entender que votar es su derecho y que está capacitada para hacerlo. Creo que hace falta un cambio cultural para que sea obligatorio, algo que a futuro debe concretarse."

A más de tres décadas de la represión, las víctimas de La Noche de los Lápices (Francisco López Muntaner, María Claudia Falcone, Claudio de Acha, Horacio Ángel Ungaro, Daniel Alberto Racero, María Clara Ciocchini –todos ellos aún permanecen desaparecidos–; Pablo Díaz, Patricia Miranda, Gustavo Calotti y Emilce Moler – quienes lograron sobrevivir a los campos de exterminio–), siguen presentes.

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