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No hay nada que a Mateo le guste más que comer guiso, pero servirse tres veces; y las milanesas, de a cuatro y acompañadas con papas fritas; o una, si era en el desayuno, porque le encanta desayunar con comida salada
Y si su madre decía basta, le hacía sentir vergüenza ante los vecinos, porque se ponía a gritar que sufría hambre y así conseguía otro plato de comida, contó soltando sonrisas su madre en diálogo con ReconquistaHOY. Hace 10 días del Hospital Reconquista fue derivado al Hospital de Niños de Santa Fe, donde en los 9 primeros días, solo con dieta, bajó a los 114,600.
Silvia Saucedo y Marcelino Perez son los padres.
Silvia trabaja como empleada doméstica en tres lugares, y su marido es albañil. Ella se hecha culpas por descuidar la dieta de sus hijos porque se la pasan trabajando.
Sus seis hijos están excedidos de peso, pero solo Mateo llegó a este extremo de lo que se conoce como obesidad Mórbida que ya pone en riesgo su vida, por eso otra vez lo internaron. Desde el Hospital Reconquista lo derivaron al Hospital de Niños de Santa Fe, donde ingresó el lunes 6 de julio de 2015.
"En estos momentos esta muy bien, bajando de peso. Entró con 116 kilos y esta con 114,600", detalló Silvia en el noveno día, mientras celebra que los primeros estudios "dieron bien, el electro dio bien, los análisis también", pero aguardan resultados de otros estudios que se enviaron a analizar en Buenos Aires.
A pesar de su exceso de peso, Silvia cuenta que Mateo juega y hasta camina, aunque enseguida se cansa y tiene que parar. Hasta aquí concurría al Jardín de Infantes que funciona en la Escuela Alas Argentinas.
A los 3 años su obesidad empezó a preocupar a su madre, cuando acudió al hospital de Reconquista y lo derivaron al Iturraspe de Santa Fe, pero al regresar, siguió con los excesos de comida y falta de actividad física. No cambiaron los hábitos y el problema se agravó hasta los 116 kilos que motivaron la última internación, aunque ahora en el Alassia solo está a dieta y este jueves iban a comenzar con los ejercicios controlados. Se aguarda un plan concreto de tratamiento en dieta y movimientos físicos.
Silvia y Marcelino trabajan todo el día y ella confiesa que lo que pasó con su hijo "fue descuido, no se qué explicar, me da mucha pena todo esto. Obvio que nos dimos cuenta. Estoy sufriendo a la par de mi hijo", aunque celebra que por ahora en Santa Fe "está contento, todavía no extraña", aunque quiere comer el guiso tan rico que le hace su madre.
La familia Pérez Saucedo vive en el Barrio Las Flores de Reconquista.
Fuente: Reconquista hoy
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